Uruguay inició hace una década una verdadera revolución energética, con la que transformó casi la totalidad de su sistema eléctrico en uno basado principalmente en eólicas e hidroeléctricas. Sin embargo, dicho proceso significó el ingreso de diversas empresas privadas que convirtieron en negocio el sistema de generación eléctrica, antes monopolizado por la empresa estatal UTE. ¿La transición energética solo es un recambio de fuentes?