A partir del universo de tres pueblos indígenas presionados por la destrucción provocada por la minería, la película propone un acercamiento al pensamiento de los Yanomami, Munduruku y Mẽbêngôkre, en la formación de una alianza histórica en defensa de sus territorios. Se trata, por tanto, de una narrativa sobre la resistencia y la resiliencia, en la figura de una unión inédita que establece el mantenimiento de sus territorios físicos y subjetivos.